Diseñar
una aplicación móvil es propio de un proceso disciplinado, artístico y
experimentado, garante de premisas de correcto funcionamiento, esteticidad,
idoneidad y objetividad, encaminada a la automatización y regulación de
procesos complicados, o por el contrario, la perfección de estos.
La
etapa de diseño busca conciliar las realidades apropiadas a proyectar en la
nueva aplicación emergente y las expectativas generadas en el usuario o propietario
final en el proceso de pre comercialización.
La
realidad y la expectativa, un arma de doble filo para quien intenta
comercializar una idea como una solución idónea y necesaria, generándose a
veces, conceptos de ficción e inconmensurabilidad al cliente, siendo fiel a una
expectativa desmesurada a implementarse en el producto final, sometida claro
esta, a una realidad en la capacidad del equipo de trabajo de la empresa
desarrolladora, su organización, sus procesos propios, bajo atenuantes como la
calidad y trazabilidad en producción.
No
es el camino generar en el cliente una relación de benefactor, como si de una
necesidad imperante y de supervivencia fuera obtener su beneplácito en la venta
de la aplicación móvil, pues se desliga el proceso de desarrollo madurado y
experimentado, dando pie a ser sometido simplemente al cumplimiento sumiso de
características ideadas solamente por el usuario o propietario final, llevando
a proyectos de larga, muy larga implementación. Por el contrario, tampoco es el
camino hacer adverso y ajeno completamente el tema del diseño y desarrollo de
la aplicación, alienando por completo la construcción de la aplicación, para
quien la estamos diseñando, pues es el quien asume el rubro dispuesto y el
mayor riesgo a su inversión, nos es de extrañar que este comportamiento sea
preludio a las reuniones de presentación del producto donde la gran mayoría de
clientes muestran apatía e incredibilidad, al producto, que si cumple con la
funcionalidad, no tiene muchas de sus percepciones en la pre comercialización.
Las
musas de la inspiración del diseño del producto, debe ser la estrecha relación y
el abanderamiento de todo el aparato misional participante del equipo de
desarrollo, afiliado con la disposición de colaboración y motivación del cliente,
que en gran medida generan una potencial sinergia, donde serán más productivo
que si trabajasen en la extrema de sus partes, de hecho, bosquejaran con gran
sensación de calidad, aceptación, aprehensión y consentimiento por parte del
cliente, la funcionalidad y arte, como reducir la incertidumbre y un mayor
control de riesgos potenciales por parte del equipo desarrollador.
En
Wireless & Mobile somos conscientes de la riqueza de estas musas
inspiradoras que nos permiten crear bajos la experiencia y la madurez del
proceso de desarrollo, diseñar las aplicaciones de gran impacto y de gran
aceptación por parte del usuario o propietario final, de que hemos desarrollo
en conjunto, como equipo, como familia.
jperez@wi-mobile.com
Javier Pérez
GRUPO MAF
WM Wireless & Mobile
Totalmente cierto, el compromiso es grande, pero da como ganancia experiencia y de cada una de estas experiencias, mejores desarrollos móviles.
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